El sismo del 19 de septiembre de 2017 fracturó no solo su vivienda, sino también sus recuerdos y sueños, de 45 años de esfuerzo y sacrificio. 

Redacción | Hogaresnoticia.com | 19 abril 2018

Ciudad de México.- María Margarita de 70 años de edad, no oculta su tristeza. El sismo del 19 de septiembre de 2017 fracturó no solo su vivienda, sino también sus recuerdos y sueños, de 45 años de esfuerzo y sacrificio.

La imagen es cruda. El techo de la vivienda se sostiene apenas por unos polines, mientras que por debajo de la casa se observa un posible brazo de grieta, o incluso un socavón, que advierte de un posible colapso y que pondría en riesgo la vida de sus moradores.

La vivienda, ubicada en el Andador Víctor Bravo, manzana 38, Lote 13, de la segunda sección de la Unidad Ermita Zaragoza, en la delegación Iztapalapa, pareciera no existir para las autoridades, que han hecho oídos sordos, ante las súplicas de apoyo por parte de Margarita y de su esposo Brigido.

«Mi casa sufrió muchos daños después del 19 de septiembre. Tuvimos muchos hundimientos y estamos sobre una grieta. Vinieron muchas personas a revisar, pero nunca nos dieron un documento. Nos decían que lo pasaban a sus superiores y hasta la fecha no tuvimos un dictamen; no sabemos cómo actuar», dijo la afectada.

Con la mirada triste, María Margarita aseguró que expertos que han visitado su casa dicen que se encuentran en un riesgo muy alto, porque el hundimiento de más de tres metros de profundidad, está bajo las recámaras de la casa.

Por eso, no desaprovecha la oportunidad para pedir una vez más al gobierno de la Ciudad de México que los apoyen, bajo la consideración de que son personas de la tercera edad y es el patrimonio de toda una vida de trabajo. 

El presidente de la Unidad de Gestión para el Desarrollo Sustentable, Asociación Civil, Daniel Salazar Núñez, dijo que el caso de Margarita y de su esposo Brigido es un claro ejemplo de que han fallado los esquemas de atención, a las familias que fueron afectadas por los sismos del año pasado.

Agregó que los programas deberían de considerar la atención de todos y cada uno de los afectados, sin embargo y aunque ha habido apoyo por parte del Fonden y del gobierno de la Ciudad de México, la «atención ha sido corta o inadecuada».

En opinión del presidente de Partido Encuentro Social en la Ciudad de México, Armando González Escoto, a raíz de los sismos se evidenció, como fenómeno, el tema de hundimientos, grietas y de socavones en la Ciudad de México. «Teníamos conocimiento de estas grietas en Iztapalapa, pero en Tláhuac y Xochimilco, no se veían».

Explicó que el fenómeno tiene su origen en la extracción de agua del subsuelo.

Los «suelos que se tenían en el valle de México eran agrícolas, pero la extracción de agua ha provocado este fenómeno, que son las grietas y los socavones», apuntó.

Armando González expuso que ha llegado el momento de hacer un verdadero ejercicio de planeación urbana para la Ciudad de México. «Esta ciudad ha crecido de manera desordenada y no planeada, con problemas severos que tienen que ver con la movilidad, con el agua y con los servicio de drenaje».

Por eso debe repensarse el tipo de ciudad que se quiere, bajo el argumento de que se encuentra en colapso. De no hacerlo, advirtió que el riesgo se acrecentaría y más si se considera que se vive en zona sísmica. «Por eso es importante convocar a especialistas, académicos y a expertos en otras áreas del conocimiento humano, para trabajar a favor de la ciudad», apuntó.

Por si fuera poco, Armando González dijo que la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México, «aunque tiene cosas buenas», hay muchos otros elementos que deben de considerarse.

«Esta ley se hace, no por consenso, tampoco se consultó a los expertos y menos a los damnificados. Además, se debió de haber hecho un diagnóstico previo de la magnitud del daño que tuvo la ciudad, y a partir de allí, hacer un programa de reconstrucción que antecediera a la ley», resaltó. 

Y mientras se busca corregir las deficiencias de la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México, familias como la de Margarita y Brigido esperan impacientes recibir ayuda que salvaguarde su vida, su patrimonio y su hogar.