Al participar en la Cumbre inmobiliaria #InCon2020, que organiza el portal inmobiliario Vivanuncios, el mandatario entre 1994 y el año 2000, advirtió que el apoyo a los empleos y a los ingresos de los trabajadores, es fiscalmente costoso, pero una depresión económica sería más onerosa para las finanzas públicas.

EL EXPRESIDENTE de México, Ernesto Zedillo Ponce de León participó como conferencista en la cumbre inmobiliaria InCON2020 organizada por el portal Vivanuncios. (FOTO: Hogaresnoticia.com)
Redacción | Hogaresnoticia.com | 24 septiembre 2020
Ciudad de México.- El expresidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, dijo que para enfrentar una crisis económica como la provocada por el COVID-19, cada país debe de aplicar enfoques diferenciados entre, y hacia dentro, de los sectores formales e informales de las economías.
“Cada país debe determinar qué instrumentos fiscales tiene a su disposición. Para los trabajadores y las empresas del sector formal debe considerarse el aplazamiento o la condonación de contribuciones al seguro social, e incluso, subsidios directos para gastos de nómina. Todo esto para la preservación del empleo”, explicó.
En tanto que, en el sector informal, deben de implementarse transferencias directas de efectivo a los trabajadores.
“Se trata de improvisar un seguro de desempleo, sin precedente en la región, que detenga la destrucción catastrófica del empleo, al tiempo que se pone un piso a la caída del ingreso laboral, evitando así, una prolongada contracción económica”, aseveró.
Al participar en la Cumbre inmobiliaria #InCon2020, que organiza el portal inmobiliario Vivanuncios, el mandatario entre 1994 y el año 2000, reconoció que el apoyo a los empleos y a los ingresos de los trabajadores, es fiscalmente costoso, pero una depresión económica sería más onerosa para las finanzas públicas.
“No debe soslayarse que sin apoyo para el empleo y la demanda agregada, la contracción de los ingresos fiscales y su impacto en el déficit fiscal, sería inmensa; aunque el apoyo al empleo y a los ingresos de la fuerza laboral debiera ser la herramienta principal para prevenir una depresión prolongada; la ayuda para las empresas también es fundamental”, acotó.
El papel de los bancos
El también profesor en la Universidad de Yale manifestó que será necesario activar mecanismos temporales que permitan otorgar créditos suficientes y acotó que los bancos de desarrollo y los bancos centrales de los países, tienen la oportunidad de tomar un papel relevante, donde operen con “transparencia, reglas claras y la ausencia de decisiones discriminatorias y discrecionales”.
Ernesto Zedillo sostuvo aquí, que deben de tomarse medidas para evitar la quiebra de empresas, que “no teniendo problemas de solvencia estructural podrían dejar de existir”, por a la recesión y a la ausencia de crédito y liquidez en la economía.
“Los gobiernos deben tener en cuenta que, si no se evita una quiebra generalizada de empresas, la próxima presa de la crisis podría ser el sistema bancario. Y, si este llegara a fallar, la totalidad de la economía colapsaría irremediablemente”, advirtió.
Decisiones de Estado
En el conversatorio, donde participaron más de mil inmobiliarios, Ernesto Zedillo sugirió que, en circunstancias difíciles, los objetivos políticos de corto plazo deben atemperarse y poner, por encima de todo, el interés del país, además de estar (los gobernantes) absolutamente dispuestos a sacrificar el interés político de popularidad.
“Cuando se enfrenta una crisis hay que tomar decisiones difíciles. Algunas personas van a molestarse mucho, porque no están de acuerdo, o incluso, porque sus intereses van a verse afectados. Y puede ser que los resultados de esas acciones no puedan verse de inmediato y que pueda parecer que esas acciones, que son respuesta a una crisis, es lo que causa el dolor y los problemas de la gente”, indicó.
La responsabilidad del estadista, ante ello, es pensar las cosas bien y que el problema que se enfrenta sea con éxito, sin fijarse que las decisiones que se tomen van a causar un problema de impopularidad o de inconformidad. “Hay que hacer lo que se tenga que hacer”, acotó.
El analista y consultor económico recordó que, al finalizar su sexenio, su nivel de aprobación era favorable. Sin embargo, el momento decisivo de su gobierno fue en abril de 1995, cuando tuvo que tomar medidas que evitaran el colapso del sistema financiero, situación que influyó en una desaprobación generalizada.
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